El periodo hispanomusulmán se extiende desde principios del siglo VIII hasta finales del XV. Durante estos ocho siglos se sientan las bases de un modelo territorial que, en lo esencial, permanece hasta nuestros días.
En sus diferentes etapas, esa sociedad medieval se distinguió por su pericia en el manejo de los regadíos, siendo la que organiza y extiende todas las vegas fluviales de la provincia.
La fundación de ciudades y pueblos guarda estrecha relación con la posibilidad de organizar estos regadíos. En nuestro territorio, esta posibilidad se presenta eventualmente en la laderas y piedemonte de Sierra Alhamilla, donde la alternancia de estratos calizos permeables con filitas impermeables produce pequeños manantiales de ladera.
En torno a estos manantiales se organizan los núcleos de Inox y Huebro, primeras vegas del actual municipio. Se funda Níjar, aprovechando las posibilidades de riego de la Vega de Huebro y su condición defensiva (Atalaya).
Además de todo el entramado de acequias y terrazas de cultivo en las vegas de ladera, se generaliza el uso de norias y se construyen aljibes para aprovechar los secanos del campo para ganadería transhumante, que aparece ya documentada en época califal.