Desde los tiempos más remotos, el asentamiento humano ha estado condicionado por la disponibilidad de agua. De esta forma, todos los indicios y hallazgos arqueológicos vinculados con el poblamiento se sitúan en distintos niveles de relación con la red hidrográfica. Los sitios arqueológicos más destacados del Campo de Níjar corresponden con el contexto de la llamada "Cultura de Almería" y están emparentados con el yacimiento de Los Millares (Santa Fe).Son el poblado de El Tarajal y la necrópolis de El Barranquete. Su datación corresponde con el neolítico final, en las etapas del Cobre, fase conocida como calcolítico, y la del Bronce. La posibilidad de disponer de agua explica su ubicación, como la del resto de los asentamientos prehistóricos del piedemonte de Sierra Alhamilla.
La necrópolis de El Barranquete se asienta en una elevación sobre las terrazas fluviales de la Rambla de Artal,en un lugar estratégico por ser el principal nudo hidrográfico de la comarca (unión de rambla de Artal con rambla del Hornillo), cercano a la costa, en una posición que permite el control visual, y, sobre todo, en un emplazamiento que facilita el acceso a distintas zonas del territorio circundante.
La necrópolis, descubierta en 1968 por Charles Bonnet, consta de 11 tumbas de tipo tholos, de planta circular ligeramente ovaladas, de entre 10 y 15 mts. de diámetro. Los ajuares funerarios contenían objetos de silex, de hueso trabajado, ídolos, objetos de metal y fragmentos cerámicos decorados. Parte de estas piezas pueden verse en el Museo Arqueológico de Almería.